Tener una casa de playa es la forma perfecta de asegurarnos de que disfrutaremos de nuestras vacaciones en un lugar tranquilo, agradable y sobre todo, libre de las preocupaciones y el estrés que conlleva el hospedaje en cualquier hotel o piso turístico. Después de todo, nada es tan relajante como estar en un espacio propio. Sin embargo, esa casa que tanto disfrutamos durante el verano puede hacernos sufrir mucho durante el invierno, ya que el cambio en las condiciones atmosféricas puede hacer estragos en sus superficies.
A pesar de los vientos, cambios en la temperatura y otras consecuencias que acompañan a esta estación, el problema central para las casas de playa durante invierno son las superficies -paredes, suelos, columnas, vigas, armarios, etc- que se ven afectadas por filtraciones de salitre y humedad.
Durante esta época del año, usualmente, el nivel del mar sube. Lo mismo ocurre con la capa freática o agua subterránea, la cual al elevarse llega a los cimientos y posteriormente a las paredes, trayendo consigo humedad y salitre. Esta filtración es lo primero que se debe evitar.
Prevenir es sin duda la mejor forma de conservar la estructura y a la larga también es la más económica. Lo que se suele recomendar para evitar sufrir este problema es la inclusión de selladores, impermeabilizantes y otros aditivos, mezclados con el concreto, a la hora de vaciar columnas, vigas y otros elementos estructurales.
Por supuesto, cuando esto no se ha realizado de antemano, no nos queda otra que hacerle frente a este problema. La mejor opción es impermeabilizar la superficie dañada con aditivos especiales. Solo debes lijar la pintura de la zona afectada y aplicarlo según sus instrucciones de uso. De este modo podrás evitar que el problema se siga extendiendo, proteger la superficie de futuros daños y además te permitirá corregir sus efectos. Con agregar una nueva capa de pintura al finalizar, tu casa otra vez se verá como nueva.