Aunque te hayas esforzado demasiado para conseguir el mejor arrendatario, es común que en algún momento debas tomar la decisión de pedir su desalojo. Sin embargo, debes evaluar con conciencia todo lo que implica despedir a tu inquilino. Acá te dejamos cinco consejos para que este proceso sea menos complicado.
¿Existe una causa justa para pedir el desalojo?
Recuerda que para poder solicitar el desalojo a tu inquilino debes tener una causa justa, por ejemplo: morosidad con la renta, alguna actividad ilegal dentro del inmueble, incumplimiento del contrato previamente establecido, etc. El hecho de tener un simple conflicto por incomodidades cotidianas no es una justificación para pedir su desalojo.
Investiga sobre las leyes de tu localidad
Infórmate sobre las leyes relacionadas al tema del arrendamiento que abarque los derechos del inquilino y del propietario, así puedes resolver cualquier duda y actuar con seguridad en cualquier situación de conflicto. En última instancia, busca un abogado de confianza que te ayude a interpretar los reglamentos y te oriente sobre las acciones que debes tomar.
Intenta resolver las diferencias
Antes de tomar la decisión de solicitar el desalojo de tu inquilino, es fundamental que trates de resolver los conflictos que han surgido. Busca un lugar donde ambos puedan estar cómodos y logren discutir sobre la situación para establecer acuerdos. Por más desagradable que sea el conflicto, evita caer en la amenaza y el amedrentamiento porque puede traerte consecuencias legales.
Notifica por escrito el desalojo
Existen formularios especiales para este tipo de casos, así que evita redactar tú mismo la carta de desalojo porque puedes pasar por alto datos importantes. La mejor opción es utilizar las plantillas correspondientes a tu jurisdicción. Una vez que la llenes, entrégala y ten una copia firmada que deje constancia de la entrega.
