Si haces un breve repaso a los grandes hitos de la arquitectura del siglo XX, nunca te puede faltar la Casa de la Cascada, de Frank Lloyd Wright (Fallingwater House), una de esas curiosidades arquitectónicas que todos conocemos o debemos conocer.
El concepto arquitectónico tras la Casa de la Cascada
A los 67 años, Frank Lloyd Wright recibió la oportunidad de diseñar y construir tres edificios. Además de la Casa de la Cascada, los otros dos fueron el Johnson Wax Building y la casa de Herbert Jacobs (ambas en el estado de Wisconsin). Con estas tres obras, Lloyd Wright volvió a lo más alto de la arquitectura mundial.
La familia Kaufmann tenía una propiedad a las afueras de Pittsburgh con una cascada y cabañas que usaba como retiro rural. Cuando estas se deterioraron, el señor Kaufmann contactó a Wright.
El arquitecto pensó en construir la nueva casa por encima de las cataratas, mejor que por debajo, para así mantener las vistas. El dueño del terreno prefería una aproximación distinta en la idea original, lo cual fue el primer desacuerdo entre ambos en una larga serie de conflictos entre los dos y también con el contratista. Entre otras cosas, la familia quería un mayor espacio que el diseñado, porque pensaba en recibir a un mayor número de personas.
La Casa de la Cascada se erigió como una de las obras maestras de Wright no solo por su dinamismo, sino también por su armoniosa integración con la naturaleza. Reflejó su pasión por la filosofía orgánica y la arquitectura japonesa, en especial en la retroalimentación entre el exterior y el interior, entre humanos y naturaleza.
Si aún no conocías la Casa de la Cascada, te invitamos a disfrutarla. ¡Incluso Bugs Bunny y Alfred Hitchcock, entre otros, la homenajearon y no pudieron resistirse a ella!
