Cuando se establece una Comunidad de Vecinos, hay que elegir tanto al Presidente como al Secretario y estas personas deben hacerse cargo de los problemas que surjan en el inmueble. Gestionar un edificio no es fácil y si a ello añadimos que la gente normalmente no suele tener tiempo para dedicárselo a la Comunidad, se puede plantear la idea de contratar a un administrador de fincas.
Para empezar se trata de un profesional, que normalmente cuenta con la experiencia de gestionar otras Comunidades y que puede ofrecer un servicio integral.
Entre las ventajas que nos puede ofrecer un administrador de fincas están:
-
Económico: aunque a simple vista haya que pagar por el servicio y esto se convierta en un coste más para la Comunidad, a la larga sale rentable tener a una persona que se encarga de todas las gestiones del inmueble, desde la contabilidad a las reparaciones que hayan que llevarse a cabo, con lo que los vecinos también ganan en tranquilidad y seguridad.
-
Objetividad: en las reuniones de vecinos hay tantas opiniones como vecinos acudan, sin embargo el administrador de fincas con su experiencia, dará objetividad a los problemas que surjan.
-
La cobertura legal: si nos encontramos con un problema en el inmueble que requiera de una gestión jurídica, el administrador de fincas podrá solicitar los servicios jurídicos del Colegio del Administrador, y en caso de mediación o arbitraje, el administrador de fincas puede gestionar el problema directamente.
Como hemos podido ver, el hecho de contar con un profesional en nuestra Comunidad de vecinos puede resultar beneficioso para todos, eso sí, hay que contratar a uno que forme parte del Colegio de Administradores para que tengamos la garantía de que vamos a recibir una gestión profesional y transparente.